La lectura de El espíritu de adopción me hizo pensar en muchos amigos que se han embarcado en la aventura de ser de bendición para niños que necesitan padres. Es más, les envié un mensaje por WhatsApp o los llamé para decirles que se los recomendaba ya que es ideal para sanar los corazones de los huérfanos.
“Huérfano” (¡qué terrible palabra!) no es solo quien perdió a sus padres a causa de su muerte, también lo es quien, teniéndolos vivos, carece de su atención, protección y amor. Si bien el autor tiene autoridad para hablar de esto (adoptó a dos niños, cuatro de sus nietos son adoptados y su esposa Margaret dirige una agencia de adopciones), cada capítulo está orientado a nosotros como hijos adoptados por el Padre celestial.
A medida que se mencionan los derechos del niño, se explican paralelismos espirituales. Pablo, en Romanos 8:15, se refiere al “espíritu de adopción” alegando: “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!”. Adoptar es tomar como propio a un hijo ajeno y ofrecerle una familia a quien que no la tiene. Eso es lo que Dios hizo por nosotros, que éramos hijos del diablo: nos hizo Sus hijos y nos dio una familia y suple todas nuestras necesidades.
A medida que uno lee El espíritu de adopción, recibe revelación sobre el misterio de la adopción espiritual; a su vez, quienes están en proceso de adopción o de guarda, o quienes están elaborando la idea de asumir esta responsabilidad obtendrán aliento y comprensión en el amor incondicional de Dios Padre.
Adoptar es un llamado a amar y a dar sin esperar nada a cambio.
A los nueve meses de embarazo, la mamá está atenta porque sabe que el bebé va a nacer en cualquier momento; en cambio, un embarazo emocional puede llevar mucho más tiempo. Algunos esperan inscriptos en una agencia por muchos años. En algunos casos, es necesario ese tiempo para preparar los corazones para recibir a una criatura lastimada. ¿Semillas de rechazo? ¿Raíces de enojo? ¿Carencia de identidad? ¿Cómo se lo disciplina? Tantos interrogantes… Los niños tienen necesidades profundas; la mayor de ellas es tener un papá y una mamá que los ame.
El padre de mentira y el Padre de amor tironean nuestros corazones, ¿ante quién te rendirás? El autor y su familia están siendo parte de la obra redentora de Jesús en la Tierra, ¿te sumas?
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