El poder de la bendición me impactó y puedo decir que cambió mi perspectiva de lo que la palabra “bendición” significa y el poder que hay en ella.
Kerry Kirkwood es pastor fundador de Trinity Fellowship en Tyler, Texas, fundada en 1987. Además, él ayuda a supervisar iglesias a nivel nacional e internacional y es conocido por su don en el presbiterio profético y dictando conferencias.
Contenido del libro
El poder de la bendición:
- Presenta aplicaciones prácticas sobre cómo bendecir a otros y recibir las bendiciones.
- Enseña la diferencia entre la verdad y los hechos.
- Comparte testimonios humorísticos e inspiradores.
- Revela la importancia de comunicar las intenciones de Dios en cuanto a cómo deberían ser las cosas.
- Rompe las maldiciones generacionales enseñando a bendecir.
El poder de la bendición está dividido en 4 partes y contiene 12 capítulos en total, con una oración al final de cada uno aplicando la idea o concepto desarrollado en el mismo. El autor usa como fundamento el pasaje bíblico que se encuentra en 1 Pedro 3:8-9: “Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición”.
¿Qué significa bendecir?
Si bien el título suena común, su contenido no lo es. Las primeras tres páginas bastaron para atraparme y hacer que me devore este libro. Kirwood comienza explicando el original hebreo para la palabra bendición (barak: proclamar la intención de Dios y estar contento con el lugar en el que uno se encuentra) y también el original griego (eulogia: hablar bien de, o declarar la intención o el favor de Dios sobre alguien).
La conclusión a la que llega es que cuando bendecimos a alguien estamos diciendo proféticamente: “Que el Señor le dé todo lo que tenga planeado para usted” o “Que todas las expectativas de Dios para usted se cumplan en su vida”.
El autor también explica que no puede haber bendición dónde hay maldición pero que si estamos bendecidos con el favor de Dios ninguna maldición entrará a nuestras vidas. Por eso la importancia de declarar palabras de bendición sobre uno mismo. Y recalca el uso que debemos darle a nuestra lengua y el cuidado sobre la misma para soltar bendición (Proverbios 18:21).
Con esto tenemos suficiente como para cambiar nuestro hablar y el trato con el prójimo. A mí me hizo notar que al decir “Que Dios te bendiga” lo estaba haciendo rutinariamente y sin la debida conciencia de lo que estaba diciendo.
Ahora, cada vez que le digo “Bendiciones” a alguien, mi intención cambió, lo declaro para que esa persona realmente alcance el favor y el propósito de Dios en su vida. ¡Que Dios te bendiga!
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