Foto: www.munroeglobal.com
Sobre Myles Munroe
Me sorprendió mucho la noticia, hace algunos años, del fallecimiento del Dr. Myles Munroe a causa de un accidente aéreo mientras se dirigía a un compromiso ministerial.
Inmediatamente recordé cuando conocí a este hombre de Dios. Yo era un joven estudiante de teología en Christ for the Nations Institute (Instituto Cristo para las Naciones) en Dallas, Texas. Todas las semanas había un invitado especial que enseñaba durante varios días. Uno de estos invitados fue Myles Munroe, sobre quien había oído muy poco.
Enseguida me sorprendió su capacidad para enseñar las verdades bíblicas en profundidad pero con absoluta claridad. Pero hubo algo que me llamó aún más la atención. Al estar trabajando en el departamento de audio, mis tareas incluían, entre otras cosas, tratar con los predicadores para colocarles el micrófono “corbatero” o recibir las presentaciones que deseaban mostrar al público.
Cuando me acerqué al Dr. Munroe para preguntarle cómo podría asistirlo, él fue muy amable conmigo y me indicó que buscara dentro de su bolso lo que necesitaría para su presentación. Con mucha vergüenza y cuidado busqué entre sus efectos personales hasta encontrar lo que me pedía.
El recuerdo de esa calidez y sencillez de un hombre de Dios reconocido internacionalmente no solo en el ámbito cristiano sino también en el mundo de los negocios y la política, me brindó una enseñanza que permanece hasta el día de hoy.
Varios años después de esa experiencia, tuve la oportunidad de enseñar la materia El Reino de Dios en el Centro de Preparación Teológica en Buenos Aires. La materia estaba basada en gran parte en el libro Los principios del Reino, de Myles Munroe.
Había leído este libro previamente a estudiarlo en detalle para la materia y lo había disfrutado mucho, pero cuando tuve que releerlo detenidamente llegué a darme cuenta de las profundas revelaciones que encerraba y con qué habilidad Munroe las comunicaba.
Contenido de Los principios del Reino
Habiendo crecido en una colonia británica como las Bahamas, Munroe poseía un concepto completamente diferente sobre un reino al que la mayoría de los que disfrutamos (o sufrimos) de una democracia solemos tener. Ese conocimiento le otorgaba una mirada especial a las enseñanzas de Jesús sobre el establecimiento del Reino de Dios en nuestras vidas.
El autor explora nueve conceptos relacionados con un reino (territorio, ley, ciudadanía, entre otros) y así nos muestra cómo debe vivir, pensar y comportarse un verdadero ciudadano del Reino de Dios que vive aquí en la Tierra como embajador del Rey de reyes.
El plan de Dios era plantar una colonia de sus ciudadanos en la Tierra para hacer conocer su multiforme sabiduría, su corazón, mente, voluntad y deseos, a los principados y potestades en los lugares celestiales.
Dr. Myles Munroe, Los principios de Reino
Conclusión
Este libro es una buena lectura para todo cristiano que desea tener una revelación mayor en el concepto de “reino” del cual tanto se ha enseñado en las Escrituras y tan poco hemos comprendido en tiempos recientes. Nadie mejor que Myles Munroe para desarrollar estas verdades con la claridad con la cual solía exponer su vasto conocimiento.
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Excelente libro, abrió mi mente hacia un nuevo nivel (además también de haber cursado la materia “El Reino de DIos”). Todo hijo de Dios debe leerlo. También le leído dos libros más de Myles Munroe: “El poder del carácter en el liderazgo” y, “Los Principios y el Poder de la Visión.” Ambos los recomiendo, excelente material!!!
Tan sólo el Prefacio del Libro Redescubra el Reino, de Myles Munroe, me ha dado un consuelo de complicidad espiritual que tanto yo quería escuchar y compartir en medio de tanta discordia humana y lucha de poder.
Excelente, a partir de aqui cambio mi forma de llevar mi vida cristiana, vi y entendi la gran responsabilidad que tengo como ciudadana del Reino, entendi que Dios tiene un proposito con cada uno de Nosotros, sus ciudadanos, para expandir ese Reino de poder sobre esta tierra y con los Principios del Reino sobre el planeta derrotar y ganar los territorios hábilmente y por el desconocimiento de quienes somos, ganados por las tinieblas
Muy buen libro