El pequeño libro Cómo orar en el Espíritu surgió de unos escritos en el siglo XVII de John Bunyan, reconocido autor de El progreso del peregrino, el cual por siglos fue considerado el segundo libro más vendido en el mundo entero (solo por detrás de la Biblia). Su historia personal se caracteriza por haber sido encarcelado por predicar en público en una época cuando esta tarea estaba reservada exclusivamente a los miembros del clero.
Fue durante esos doce años de encierro que Bunyan se dedicó fervientemente a la lectura de la Biblia y la oración. Las reflexiones encontradas en este libro provienen de lo que él fue aprendiendo en su tiempo de meditación y fue pasando en forma de manuscritos a través de las rejas de la prisión a su esposa.
El contenido del libro
Cómo orar en el Espíritu fue compilado por L. G. Parkhurst (hijo) y está dividido en 31 cortos capítulos que pueden ser leídos fácilmente como un devocional, uno por día. Los primeros diez capítulos explican, claúsula por cláusula, lo que es presentada al comienzo del libro como la definición de la oración por John Bunyan:
“La oración es abrir el corazón o el alma a Dios en una forma sincera, sensible y afectuosa, por medio de Cristo, con la ayuda y en el poder del Espíritu Santo, para cosas como las que Dios ha prometido, o que son conforme a la Palabra de Dios, para el bien de la Iglesia, sometiéndonos en fe a la voluntad de Dios”.
El resto de los capítulos muestran diferentes maneras de orar: Ore como Jesús enseñó, Ore con gemidos y suspiros, Razone con Dios, por enumerar solo algunos de los títulos. En ellos se toman referencias de algunas de las oraciones hechas por los personajes bíblicos encontradas en los Salmos, los libros proféticos y el Nuevo Testamento.
Las formas de la oración
Un tema que es recurrente a través de estas meditaciones de Bunyan es la necesidad de pronunciarse en contra del Libro de oración común que la Iglesia de Inglaterra promovía como guía incuestinable para sus fieles.
En Cómo orar en el Espíritu queda clara la postura que John Bunyan tenía acerca de que la oración no debe ser tanto una cuestión de formas sino de contenido. Este debe provenir de una verdadera relación con Dios, basada en la fe y en el conocimiento de la Palabra. Ningún libro o iglesia, por lo tanto podía guiar a una persona de fe, a través de vanas repeticiones, a orar correctamente, sino que es el mismo Espíritu de Dios quien desea acercarnos a esa maravillosa experiencia y hacernos profundizar en ella.
Conclusión
Aunque las ideas expuestas en el libro fueron escritas hace casi cuatro siglos, la importancia de mantener al Espíritu guiándonos en nuestro tiempo de oración no ha cambiado. Podríamos decir que, en cambio, todo lo que hoy encontramos a nuestro alrededor atenta con más fuerza para robarnos el tiempo y la atención necesaria a la comunicación con Dios.
Cómo orar en el Espíritu sigue teniendo vigencia hoy en día si consideras la comunión diaria con el Padre como algo absolutamente importante en tu vida.
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