En su estadía en Buenos Aires, tuvimos la posibilidad de hacer una visita al barco Logos Hope, que contiene la librería flotante más grande del mundo.
Llegamos temprano y Abril, una voluntaria de Santa Fe, Argentina, nos estaba esperando para comenzar el paseo.
Esta vez no entramos para ir a la librería como hicimos la vez anterior sino que accedimos directamente a una recepción donde tomaban los datos y te daban una identificación.
Y luego comenzamos a recorrer el interior del Logos Hope a través de sus varios niveles.
Y también a lo largo de sus muchos pasillos.
Vimos algunos de los murales que adornan las paredes.
Y algunos de los artefactos que tienen de muestra, en este caso un motor diesel.
Como era la hora del almuerzo, pasamos por la cafetería antes de continuar.
De repente uno se olvida que está en un barco cuando todo parece tan normal.
Unas 400 personas se alimentan en el comedor, que mantiene a la cocina funcionando constantemente.
Debo decir que la comida estuvo buena y había variedad de bebidas para elegir, tanto frías como calientes.
Claro que teniendo vistas así desde la ventana hace que todo tenga otro sabor.
La placa que identifica a la compañía alemana constructora del barco que data de 1973.
Afuera estaban haciendo una prueba de la bajada de un bote.
Hacia la izquierda el museo de los inmigrantes mientras a la derecha asoman los rascacielos de Puerto Madero.
Dicen que tienen suficientes botes para todos.
Y aquí están los botes salvavidas inflables.
La sala de controles con la advertencia de no tocar nada. En la pantalla se puede apreciar toda la información que brinda la computadora.
No nos podíamos acercar más pero desde aquí se aprecia la silla del capitán y el timón.
Entre tantas computadoras, uno termina disfrutando de elementos como estos.
En los pasillos se puede encontrar una infografía en la cual está establecido el lema del Logos Hope de “brindar conocimiento, ayuda y esperanza a los pueblos del mundo”. Allí también dice que cuentan con 5.000 títulos diferentes con un total de ¡más de 800.000 libros en el depósito!
Otra de las infografías es la de “buckets of hope” o baldes/cubetas de esperanza, donde se explica una de las obras de bien que realizan donde llega el barco y no hay agua potable.
Esos son los baldes purificadores de agua que donan gracias a lo que recaudan con la venta de libros y las donaciones de los que aportan.
Y desde allí nos fuimos bien abajo, a la sala de máquinas, para un vistazo al corazón del barco.
Allí nos guió Miguel, un ingeniero veracruzano apasionado por su trabajo con muchas ganas de explicar al detalle todo lo que hacen y nosotros que lamentablemente entendíamos tan poco.
El trabajo de mantenimiento es continuo a pesar de que el barco esté anclado por varios días.
Algunos motores se mantienen en funcionamiento como generadores para abastecer al barco de electricidad, agua, aire acondicionado, etc.
El taller es inmenso y hay mucha gente involucrada en el trabajo sucio pero parecen pasarlo bien.
El personal, como los voluntarios, llegan de todos los países y dejan su recuerdo en las paredes del taller.
Reciclan el agua que utilizan y tratan los desechos antes de vertirlos en el camión que viene a retirarlos.
El combustible utilizado, donde todavía está permitido (no así en Europa, por ejemplo), es heavy fuel oil ya que es mucho más económico que el diesel pero contamina mucho más.
Los controles de los diferentes niveles son constantes, aunque todo se sigue desde la computadora central.
El agua es tratada con filtros UV y también por ósmosis inversa para tomar agua de mar y transformarla en potable.
Y así terminamos esta visita guiada al barco Logos Hope, muy agradecidos por esta experiencia a Abril, Miguel y a todo el personal y los voluntarios, siempre listos para conversar y responder preguntas mientras llevan adelante esta hermosa tarea de servicio para el mundo.
Encuentra más información sobre el barco en la web de Operación Movilización.
Visita también el post sobre la librería flotante más grande del mundo.
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