El amor más grande es un libro basado en las enseñanzas y pensamientos de la Madre Teresa de Calcuta, una de las mujeres más respetadas y admiradas del siglo XX, además de ser ganadora del premio Nobel de la paz en 1979.
A través de estas páginas se puede llegar a conocer el corazón y la mente esta gran mujer que logró tanto con tan poco. Su amor por Dios y por la gente -los pobres en particular- han llevado a que su nombre esté asociado a la compasión y al servicio a los más necesitados.

Si bien todo el libro es provechoso y útil en transmitir las ideas y los fundamentos que la Madre Teresa desarrolló en su ministerio, disfruté especialmente el primer capítulo que trata sobre la oración. Entre otras cosas, comenta sobre la importancia de no solo hablar y pedirle a Dios lo que queremos sino de escuchar en silencio porque “Dios habla en el silencio”. Al orar debemos “volver la mente y el corazón a Dios” para conocer lo que verdaderamente nos quiere decir. Ella se consideraba una mujer de mucha oración, de tal manera que enseñaba que “para orar mejor, debemos orar más”.
El título del libro “El amor más grande” es desarrollado en el segundo capítulo donde lleva la necesidad de amar a los demás a la naturalidad de decir que “amar debe ser tan normal para nosotros como vivir y respirar”. Aquí también derriba ciertos argumentos comunes que suelen tener quienes ven a esta mujer como una santa y elegida. “El amor tiene que empezar en la casa, con el prójimo más cercano”, explica.
La generosidad es algo que ha caracterizado a la Madre Teresa y en cuanto al dar, expresa que “el amor que se pone en el regalo es lo más importante” ya que “jamás habrá cura para la terrible enfermedad de no sentirse amado”. También explica que para desarrollar la santidad se necesita humildad y oración. El trabajo y el servicio es otro de los temas a los que se refiere indicando que trabajar sin amor es esclavitud y que todo lo bueno y lo malo que hagamos se lo hacemos a Jesús.
Cuando El amor más grande aborda la temática de la pobreza enfatiza en que en todos lados hay pobres, lo que sucede es que en algunos países la pobreza es espiritual. También, hablando como pobre, ella misma advertía que no se debía juzgar a los ricos por su condición.
Otros temas a los que se refiere son la importancia del perdón -ya que “si queremos amar, debemos aprender a perdonar”-, el regalo que los niños y la familia representan, y el sufrimiento y la muerte, sobre lo cual escribe: “que ninguna angustia nos haga olvidar el gozo de la resurrección de Cristo”. Finaliza puntualizando que el trabajo que realizan con las misioneras de la caridad con y por los pobres es en realidad un privilegio para ellas.
La última parte del libro es la transcripción de una entrevista que le realizaron a la Madre Teresa donde remarca Mateo 25:40, donde dice: “El Rey les responderá: ‘Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí'”. Este es el texto bíblico que la impulsaba a amar y servir a los pobres porque “Cristo se presenta bajo todo tipo de disfraces”.