Ricardo Montaner es famoso por sus interpretaciones musicales y los millones de discos que ha vendido. Lo que no digo cantando es su primer libro, en el cual comparte su testimonio de vida, relacionando aspectos personales, familiares y de su vida artística.
El primer libro de Ricardo Montaner
Como él mismo cuenta, varias veces había prometido o insinuado en sus producciones que en algún momento se tomaría el tiempo para plasmar en un libro aquello que no tiene la posibilidad de comunicar en sus temas. Pero fue gracias a la insistencia de su gran amigo Dante Gebel que finalmente se decidió a escribir.
No es necesario ser fan de Montaner para conocer de su compromiso personal con Dios y con Jesucristo como su salvador. En cada oportunidad que tiene, cada entrevista que le realizan, él siempre se asegura de dejar en claro que su vida ha sido marcada para un propósito eterno. Más allá de recibir críticas por continuar dedicándose a interpretar canciones románticas, Ricardo comprende que para eso ha sido llamado, para aprovechar las puertas que Dios le abre a través de su música y sembrar la semilla de las buenas nuevas en cada oportunidad que se le brinde.
Contenido de Lo que no digo cantando
En Lo que no digo cantando, el autor hace un repaso de su vida, desde sus humildes comienzos en Valentín Alsina, en la provincia de Buenos Aires, sus comienzos en la música y su traslado a Venezuela, sus primeras producciones y su primer hijo, hasta llegar a tocar la “cima del cielo” ya como un artista consagrado en el Madison Square Garden de Nueva York, el Auditorio Nacional de la Ciudad de México o el Luna Park en la Ciudad de Buenos Aires.
El libro relata algunas de las muchas experiencias en las que Ricardo ha estado involucrado, como el desafío de conducir el festival de Viña del Mar en Chile, un secuestro del cual fue víctima, su involucramiento con UNICEF como Embajador de Buena Voluntad y los comienzos de su obra filantrópica La Ventana de los Cielos.
Pero lo que atraviesa todas esas experiencias anecdóticas es el mensaje central que Montaner intenta dejar en los lectores. A lo largo de su vida, él ha experimentado varias etapas en su caminar cristiano, algunas más felices que otras. Pero más allá de si se tratara de un tiempo de conocer a Dios, de sorprenderse por Sus milagros, de alejarse defraudado y ver enfriarse la relación, o de volver a Sus brazos de amor y dedicarse por completo a Sus planes, el autor demuestra que en todas y cada una de esas etapas, Dios estaba a su lado y le recordaba que había sido escogido para un propósito eterno.
Conclusión
Lo que no digo cantando es un repaso propio por la vida personal y artística de Ricardo Montaner, con la esperanza de infundir fe en Dios, un deseo de servir a los más necesitados y motivación para cumplir los sueños que parecen imposibles.